Esta entrada se la dedico a Vacha...
Una Verdad que Enfrentar.
Sí es cierto que hay veces que la verdad nos persigue y sabemos que tarde o temprano nos alcanza, unos dicen que nos alcanza porque dejamos de luchar, otros dicen que es cosa del destino pero para mí, es porque necesitamos escucharla aunque muchas veces nos duela enfrentarla.
“Todo a su tiempo”
“Todo pasa por una razón”
Eso dicen muchos…
Dicen que aproveches todas las oportunidades que se te presenten, pero muchas veces nos cegamos y no sabemos que hacer, muchas de las oportunidades que se nos llegan a presentar no se presentan por segunda vez…
Hacía tiempo que mi corazón no se sentía así apunto de quedar desmoronado, que una lágrima de dolor, de razón y de verdad salía de mí. Ese dolor que uno experimenta cuando pierde algo que deseaba, que quería en verdad…
Cuando te dicen que perdiste tu única oportunidad, que ya es tarde para reparar los daños, y aún más tarde para actuar. El dolor que un amigo te causa por una dura verdad, pues de un amigo que te conoce te hiere en lo más profundo. Dicen que la vida es dura al igual que la verdad…
No siempre queremos enfrentar la verdad cuando el momento preciso llega. Pero debes hacerlo no puedes seguir huyendo, pues estás encerrado en un laberinto sin salida, es estar atrapado en un callejón sin salida, no hay lugar donde esconderte, y tu corazón no resistirá si sigues huyendo…
Es el final de la persecución. No hay más caminos para evadir la verdad.
Y es cierto La Verdad puede hacernos sufrir, puede doler.
Pero muchas otras veces la verdad nos acecha por la espalda, nos da un golpe sin avisarnos, nos dice “¡Sorpresa! Ya estoy aquí no puedes esconderte”, y disfruta nuestro sufrimiento, goza nuestro grito de súplica y dolor para que se detenga.
…
Entonces despiertas en un cuarto de paredes negras donde no hay puertas, donde sólo te encuentras tú, el frío piso y el aire de verdad que te sofoca y asfixia lentamente. Intentas distinguir algo, una salida, pero te das cuenta que estás encerrado y ya no puedes evitar el hedor a verdad y sientes como oprime tu pecho sin dejarte respirar.
Y tu corazón sangra pues han roto algo que creías de acero, pero no tienes puesto el escudo y menos cuando te encuentras con tu amigo, ese en quien confías ciegamente, (y tontamente) pero justo ese momento en el que estás al descubierto recibes el golpe directo al estómago para dejarte sin aire, y éste seguido de otro directo a la cara restregándotelo y entonces ese momento quedará incrustado en tu memoria el resto de tu vida… Después sientes que nada es seguro que estás indefenso… O también puedes sentir que la verdad te hace fuerte y entonces crees que ya nada puede ser peor…
Dicen que “La verdad te hace fuerte” pero en su mayoría te debilita hasta dejarte tirado sin poder defenderte…
El cambio es una verdad y la verdad algunas veces nos incomoda.
Pero debo seguir, debo ser fuerte, otro paso más, otro día más, y más…
Debo decir que la verdad me perseguía sin darme cuenta hasta el momento en el que me dio un golpe por la espalda, fue un golpe duro, y una lección. No sé si aprendí lo que debía. Sólo se que no quería enfrentarla…
Ahora debo agradecértelo, y debo decir perdón…