Soy el futuro de mi pasado, el pasado de mi futuro, la viva esencia de mi presente...

miércoles, 31 de marzo de 2010

Furia y Delicadeza


Furia y Delicadeza



Sus dedos se deslizaban con delicadeza y ritmo, haciendo que el ambiente se tornara dulcemente melancólico, sus pensamientos fundiéndose con sus movimientos rítmicos, el roce de sus dedos sobre las monocromáticas y tersas teclas de piano.

No sólo era él quien disfrutaba de la música que inundaba con una fragilidad y dulzura el ambiente, la soledad observándolo con un goce mientras que él entregaba su dolor y tristeza en la pieza musical…

Melancolía, dolor, furia y tristeza, eso era lo que lo incitó en esa noche a sentarse frente al antiguo piano, que tan seductor ahora le pareció.

Dulces notas que murieron en la lejanía de la noche, mientras que las palabras seguían dándole vueltas en su mente… ¿Por qué tuvo que llegar el día?, fue demasiado y fue tan rápido todo que confuso le parecía el momento aquél.

Ya no hay motivo para seguir como si nada hubiese ocurrido ni siquiera sus lágrimas eran dichosas de derramarse. Se sentía tan… (Sin palabras), violado, destrozado y contra la pared, no había lugar donde se sintiese seguro. Y la hipocresía aflorando en cada conversación, en cada mirada aunque él se limitara a observar y ser un espectador más.


Nunca se había sentido así… destrozado y sin aire fresco para respirar y dejar que el dolor se desvaneciera con el viento, ésta vez no podía hacer esto, se sentía como si estuviera en un cuarto de 1m2, mientras que preguntas y acusaciones infinitas no paraban de escucharse, sintiéndose observado, privado de privacidad (¡qué ironía!), la locura desatada fue.

Amenazas y mentiras se podían respirar.

Furia carcomiendo en su interior, y el sentirse impotente no era peor que sentir la traición de un ser con una máscara que le impedía ver su rostro, perdiendo la confianza en los que lo rodean, esa confianza que algún día entrego con tanta dificultad, el sentirse rodeado de extraños con rostros familiares, sintiéndose indefenso tanto que las palabras lo hieren, lo destrozan y matan.

Luchar significaría discusiones eternas, como si se lanzase de un acantilado sabiendo que no hay agua en el fondo y que sólo hay afiladas rocas que amenazan con derramar su sangre, destruirlo, es como saltar a un vacío lleno de infinidad.

Los pensamientos seguían y seguían, no paraban de rondar por su mente, carcomiendo sus esperanzas banales y alimentando su miedo, inseguridad, furia y tristeza.


Se levantó cortando la pieza musical que improvisó, haciendo que el silencio reinara en la habitación pero no en su alma. Sintió que no tenía caso hacer algo, cualquier cosa no importase lo que hiciera, los pensamientos seguirían ahí al igual que las personas. Ni dormir tranquilo lo lograba, en cuanto perdía conocimiento los sueños lo acosaban sin piedad, más que sueños eran pesadillas.

Lo que había comenzado no tenía un fin mediato. Había decisiones que tomar y discusiones que afrontar, aunque eso significase herir a las personas y a sí mismo.

Intento dejar que los pensamientos se alejaran junto con las suaves y melancólicas notas, que hacía unos minutos había creado, deseaba que los pensamientos se alejaran y se disolvieran en el viento como el humo del cigarro lo hace, aunque fuese lentamente. Pero lo único que lograba era hacer que los sentimientos surgieran con mayor ferocidad y se impregnaran en su alma. Al principio logró disfrutar las notas musicales que salían del hermoso piano mientras que sus dedos recorrían con una delicadeza las blancas teclas de éste, pero tan pronto la música inundaba la habitación, los pensamientos y las viejas e incómodas conversaciones inundaban su mente, y su alma en sufrimiento estaba, y por consecuente haciendo que su Guardián de guardianes se preocupase.


Al levantarse en su mente la frase “La locura apenas comienza” hizo añicos sus esperanzas, contrayendo sus órganos con una fuerza y rapidez, mareándolo para hacerlo caer sobre las teclas del piano.

4 comentarios:

dianastrocyte dijo...

Primeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeera.

Nabil dijo...

Wooow k escrito... me gusto, me identifiqué demasiado (lo que me preocupa XD) esa frase esa última frase: Haciendo que su Guardián de guardianes se preocupara...

wooow, me dio escalofríos...

dianastrocyte dijo...

Primeramente, mi concentración del día de hoy, en general, no es buena ni funciona como debería. Te voy a describir lo que iba leyendo en lugar de ir leyendo.
Las notas las relacioné directamente con pensamientos que te van ahogando, entre más sean y de diversas personas vengan -claro, dentro de uno- esos. Después, cuándo el espacio se reducía y los rostros aparecían, fui confirmando mi teoría, entonces se lee algo de pensamientos, lo que me hace chocar con una pared que tú habías puesto y que cumplió su objetivo.
Leí sin ahondar esa parte, donde los sentimientos se abrazan y a veces pelean.
Cuando regresaste a la música, inmediatamente me rehice todo lo anterior pensado, y luego volviste a eso de las ideas. Lamentablemente -para mí-, Regina, me hiciste chocar dos veces con el mismo muro.

Y, puedo decirte, que viendo a esa misma pared de muy cerca, los pensamientos son tan hermosos cuándo tú los controlas... y no cuando ellos te poseen.
Me encantó el final cuando cae contra sí mismo -el piano- en un momento de encuentro.

En serio, me salvaste del inmenso charco de baba. Gracias :D
Te quiero, sigue escribiendo ^^

Natalia Vásquez dijo...

Interesante!
Aunque veo que la locura es un tema recurrente en tus escritos, a lo mejor eres más cuerda de lo que crees :)